4 ene 2014

'Spider-man 2', Sam Raimi.

Libre de las aburridas ataduras de presentación de adquisión de poderes, 'Spider-man 2' cuenta no sólo con los aciertos de su antecesora (un excelente reparto -aunque, por razones de guión, la aportación de alguno sea mínima- y la camiseta mojada de Kirsten Dunst -como elemento vertebrador de la historia), sino también con los múltiples avances conseguidos en este nuevo rumbo de la saga: el papel destacado de las miserias de sus protagonistas, una acción que no da respiro al espectador, el mejor villano -con permiso del buen hacer de Willem Dafoe- de todos los cómics (Doctor Octopus) y un tratamiento mucho más adulto que, ora en aras de la oscuridad (el uso de la imagen en las secuencias de Octopus), ora en las de la autoparodia (gritos desinhibidos en constante aparición) consigue que, ahora sí, nadie se cuestione la adaptación cinematográfica del superhéroe.


9 de 10


"Ya no soy una butaca vacía"

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