El innecesario salto a la madurez supone la pérdida de la diversión de su antecesora (esa autoparodia del género adolescente), una evolución bastante anodina de los personajes (Babi 'María Valverde') y una historia repleta de forzadas situaciones melodramáticas. Aunque, siendo justos, el producto desprende altas dosis de adicción y sabe seleccionar con acierto a sus actores protagonistas (buenas incorporaciones las de Clara Lago y Antonio Velázquez). ¿Para cuándo una tercera parte?
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"Me he quedado medio sordo de esta oreja, pero estoy cobrando una pensioncilla"
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