Inesperadamente Tarantino presenta una película que, ¡sorprersa!, no
aburre y mantiene el interés desde el principio hasta el final (y eso
que dura 146 minutos). ¿Su mayor problema? el proporcionarle a un
vergonzoso Brad Pitt uno de los papeles protagonistas, pero no tenemos
de qué preocuparnos porque ahí está la maravillosa risa pelirroja de
Michael Fassbender para salvar a todo lo demás.
5 de 5