Aunque los éxitos y miserias de James Van Der Beek como jugador de rugby no le quitaron el sambenito de Dawson Leery, sí que le permitieron destacar en su filmografía una película bastante entretenida que, con acierto, intenta alejarse de los tópicos de la autoparodia del género, aunque es en los escasos momentos en los que se permite la licencia de adentrarse en ellos donde consigue sus escenas más memorables: Momento Sombrero, del sensual y varonil Scott Cann, y Momento Nata, de la siempre difuminada Aly Larter.
6 de 10
"No siempre hay que hacer lo correcto"
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