Los juegos con el guión son forzados y nada creíbles, pero Joshua Jackson como chico de pueblo está perfecto (seguro que su personaje en Dawson crece le fue de gran ayuda) y la película, a pesar de todo, entretiene bastante.
Aventuras en el fondo del mar entretenidas cuando surgen problemas en tierra firme.
Aunque los éxitos y miserias de James Van Der Beek como jugador de rugby no le quitaron el sambenito de Dawson Leery, sí que le permitieron destacar en su filmografía una película bastante entretenida que, con acierto, intenta alejarse de los tópicos de la autoparodia del género, aunque es en los escasos momentos en los que se permite la licencia de adentrarse en ellos donde consigue sus escenas más memorables: Momento Sombrero, del sensual y varonil Scott Cann, y Momento Nata, de la siempre difuminada Aly Larter.
Otra película más sobre una tópica historia de amor entre los dos mundos opuestos del instituto (popular y rarita), con su correspondiente y predecible romance (manejado de forma demasiado infantil) y el necesario baile de graduación como momento culmen de toda la cinta (coreografías dirigidas por Usher), que sólo conseguirá encandilar a los enamorados del género, a pesar de que, pasados unos minutos, lo unico que recordarán de ella será el cameo en la cafetería de Sarah Michelle Gellar.